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En medio de sus vacaciones en Australia, Justin Bieber decidió dar un paseo por Queensland y disfrutar de un almuerzo tranquilo, pero se olvidó de un pequeño detalle... ¡su fama!

A medida que avanzaba por las calles de Sydney buscando un lugar para almorzar, los fans del cantante se fueron reuniendo alrededor de él. Después, mientras almorzaba, los flashes no dejaron nunca de apuntarlo. Los empleados del restaurante se ocuparon de que los fans no invadieran el espacio donde Justin comía.

A pesar de que se tomó las cosas con calma, fue cuando comenzaron a tocarlo que el ídolo se puso firme: "¡No me toquen la cara!", les gritó a sus fans. Fue necesario personal policial para acompañar a Justin hasta su auto.

Nunca más va a intentar pasear solo por las calles...